Las ranas y los sapos pueden parecer similares, pero existen muchas diferencias entre estos anfibios tales como piel, cuerpo, habitat, color y comportamiento. Con cierta atención al detalle, usted puede notar facilmente las diferencias entre un sapo y una rana.

Cuerpo. Las ranas tienen un aspecto delgado y esbelto. Por lo contrario, los sapos son más rechonchos.

Piel. La piel de una rana es mucho más suave y lisa que la de un sapo. La piel de un sapo luce desigual como está cubierta de verrugas.

Color. Las ranas presentan colores más claros o brillantes que los sapos. Aunque los sapos pueden tener una piel verdosa, tienden generalmente un tono más oscuro que las ranas.

Patas Traseras. Las patas traseras de una rana son más largas, ya que las ranas saltan con más frecuencia y mucho más alto que los sapos. Las patas traseras de un sapo son más pequeñas. Aunque los sapos pueden hacer saltos pequeños, gatear es su principal forma de movimiento.

Pies. Como pasan la mayor parte de su vida en el agua, las ranas tienen una membrana de piel entre sus digitos que les permite una natación fácil. Tambien tienen discos digitales pegajosos por lo que son buenos trepadores. Los pies del sapo generalmente no tienen membranas interdigitales y discos digitales.

Habitat. Las ranas necesitan estar cerca del agua para sobrevivir, mientras que los sapos pueden pasar mucho tiempo fuera del agua. Si encuentras uno de estos animales muy lejos de un río, estanque o cuerpo de agua, es probablemente un sapo.

Sapo Crestado Común Peltophryne guentheriConvierte tu Jardín en un Refugio para Anfibios

Como las poblaciones de ranas y otros anfibios han sufrido duramente por la contaminación y los cambios ambientales, ayuda a protegerlos convirtiendo tu jardín en un refugio saludable para ellas.

Proporcionar una fuente de agua. Los anfibios necesitan mantenerse constantemente húmedas para que puedan realizar sus funciones básicas. Tu jardín debe tener una fuente accesible de agua dulce que está fuera de la luz solar directa. Si no tienes un estanque en tu jardín, coloca unos platos grandes y poco profundos en una zona sombreada.

Proporcionar un refugio sombreado y húmedo. Los anfibios son generalmente más activos en las horas nocturnas, ya que la exposición al sol los pone en riesgo de deshidratación. Crea un espacio seguro para las ranas durante el día cerca de una fuente de agua.

Cuidado con los productos químicos. Los anfibios son muy vulnerables a los pesticidas, herbicidas, fertilizantes sintéticos, y otros productos químicos comunes del jardín. Opta por prácticas orgánicas de jardinería.

Proporcionar plantas para atraer insectos. Al sembrar una amplia variedad de plantas florecientes que atraigan insectos aseguras que los anfibios tendrán suficiente comida adecuada. Debes tener cuidado ya que muchas flores y verduras que son dañinas para los anfibios: azaleas, jacintos, narcisos, berenjenas y patatas. Los montos de abono organico y las hojarcas no sólo atraen insectos, pero tambien sirven como refugio para los anfibios.

Mantener el césped corto. Los anfibios suelen ser victimas frecuentes de los cortadores de césped, ya que suelen esconderse en la hierba alta. Asegurate de manter el césped de tu jardín bien recortado.

Fotos: Cristian Marte – Museo Nacional de Historia Natural