En 1944, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó que el 17 de junio como Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, marcando el aniversario de la adopción de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.

En esta fecha, tomamos la oportunidad para crear conciencia mundial sobre la necesidad de cooperar para luchar contra la desertificación y los efectos de la sequía.

La desertificación es definida como la degradación de tierras en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas o la expansión del desierto en las áreas circundantes.

Entre los principales factores que se debe esta situación se encuentran la deforestación de bosques para el uso de maderas y agropecuario, los incendios forestales, el sobrepastoreó, prácticas inadecuadas de riego, cambios climáticos, entre otras.

A menudo la desertificación hace que las tierras rurales se vuelvan incapaces de sostener a las poblaciones que viven allí, resultando a grandes migraciones hacia otras zonas rurales o las zonas urbanas. Estas migraciones a las ciudades pueden causar un gran número de personas desempleadas quienes terminan viviendo en barrios marginales.

Existen técnicas y contramedidas para revertir los efectos de la desertificación como la reforestación y prácticas agrícolas sostenibles.

¿Cómo Estar Preparado Para una Sequía?

Los períodos prolongados de sequía puede causar dificultades significativas debido a la falta de agua para beber, limpiar y regar los cultivos. Si vive en un área propensa a la sequía, te presentamos algunos consejos útiles para asegurarte de que usted esté mejor preparado en caso de que se produzca una sequía.

Períodos prolongados de sequía pueden durar varias semanas o meses, y en caso de escasez de agua, hay que implementar un plan de racionamiento de agua y debes asegúrarte de que todos en tu hogar conozcan los límites en el uso del agua. Ten en cuenta al almacenar o recolectar agua, incluir el uso de agua para el saneamiento y emergencias médicas. También tenga en cuenta que ciertas personas requerirán más agua que otras.

Para estar bien preparado, asegura que tu casa tenga suficiente agua embotellada para que le dure a toda su familia al menos una semana. Esta agua solo debe ser utilizada como último recurso durante una sequía.

Un mal hábito es dejar el grifo abierto cuando te cepillas los dientes o te afeitas. Apaga el agua cuando no estás usándola.

En lugar de dejar que el agua fluya por el desagüe, recógela y úsala para un mejor uso como para la limpieza del hogar o el riego de las plantas.

Para conservar agua en el hogar, debes inspeccionar y reparar las tuberías por fugas ya que pueden resultar en perdidas de miles de galones de agua por año y aumentar tu factura de agua. También revisa el inodoro y los grifos en tu cocina y baños. Toma lecturas de su medidor de agua y si hay alguna diferencia, tienes una fuga en alguna parte. Si tienes problemas en localizarlo, llama a un plomero para que investigue.

El exceso de riego de su césped representa un gran desperdicio de agua. Riega tu césped con moderación (una vez a la semana durante el verano). Algunas localidades cuentan con leyes que prohiben el exceso de riego durante un período de sequía. Por eso debes verificar con tu compañía de agua o el gobierno local para asegurarte antes de regar tu césped.

Puedes almacenar agua de lluvia para el uso de riego y limpieza. Instala un sistema de captura de lluvia, colocando un tambor grande debajo de la canaleta bajante o donde generalmente escurre el agua.

Si vives en un área propensa a la sequía, participar o organiza en reuniones sobre conservación del agua para que tu comunidad esté mejor preparado. Motiva a los ciudadanos sobre el uso eficiente del agua y empujar leyes para controlar y limpiar la contaminación.

Para conocer efemérides y fechas importantes del mes de junio, presiona aquí.