Consejos de Salud: La Depresión Navideña
Irónicamente, una de las épocas que se vende como la más alegre y festiva resulta ser en la que un gran número de personas termina deprimido.
La llamada depresión navideña no es un padecimiento aparte o diferente de la depresión u otras patologías psíquicas; lo que la caracteriza es que es provocada por lo que representa la Navidad.
La excesiva alegría y celebraciones hacen que el mundo parezca especialmente apático a nuestras emociones, que no siempre van acorde con lo que se vende que debe ser la Navidad.
Problemas económicos, familiares o personales probablemente nos agobien y, entre tanto ruido y rapidez, parezcan no importar. Es importante recordar que, aunque la publicidad nos venda esa idea de que diciembre es una constante fiesta, la realidad es que todas las personas, al igual que tú, siguen viviendo su día a día, con los mismos problemas que tenían antes del mencionado mes y que, al igual que tú, siguen lidiando con ello. No estás solo; el mundo no se volvió indolente aunque lo veas así.
Esta época se hace ideal para pasar un balance en cuanto a metas logradas y la vida en sentido general. Por eso se hace muy común que muchos comiencen a repasar todos los malos ratos y dificultades, a veces no solo del año que pasó, sino de otros diciembres pasados en que sucedieron cosas no agradables.
Evita regodearte en el dolor y los malos recuerdos. Ten muy presente que todo eso quedó atrás y no determina tu presente.
La ausencia de un ser querido es una de las razones más comunes de la depresión navideña. No te encierras por este sentimiento; utilízalo para acercarte más a tus seres queridos, encontrar apoyo en ellos, recordar con alegría a esa persona que extrañas y aprovechar la ocasión para tener más cerca a quienes quieres y que siguen estando ahí para ti.
Lo que no te guste de la Navidad, deséchalo. No te obligues a seguir tradiciones que te ponen triste o que no te gustan. Es una época para celebrar, pero a la manera que cada quien entienda.
No hay nada de malo en dejar fluir las lágrimas una que otra vez, pero no permitas caer en una depresión.
Salud mental y emocional
- Reconoce tus emociones: Es normal sentir tristeza o nostalgia en estas fechas. No te castigues por no estar alegre como los demás.
- Habla con alguien de confianza: Expresar lo que sientes con un familiar, amigo o profesional de la salud mental puede darte alivio.
- Pon límites: No te obligues a participar en todas las reuniones si no te sientes preparado. Escoge solo las que te den tranquilidad.
- Recuerda lo positivo: Haz una lista de las cosas buenas que sí tienes ahora: salud, personas queridas, metas alcanzadas.
Cuerpo y bienestar físico
- Mantén la actividad física: Caminar, bailar o hacer ejercicios suaves libera endorfinas que mejoran el ánimo.
- Cuida tu sueño: Intenta dormir al menos 7 horas; el insomnio agrava la ansiedad y la tristeza.
- Aliméntate con equilibrio: Disfruta de la comida navideña, pero evita excesos de azúcar y alcohol, que pueden empeorar la depresión.
- Respira y relájate: Dedica 5–10 minutos al día a ejercicios de respiración, meditación o oración.
Conexión y propósito
- Da y recibe apoyo: Visita o llama a alguien que también pueda sentirse solo. Compartir compañía ayuda a ambos.
- Crea nuevas tradiciones: Si las antiguas te generan dolor, inventa actividades diferentes (una caminata, una cena sencilla, juegos en familia).
- Haz voluntariado o pequeños actos de bondad: Ayudar a otros eleva el ánimo y da sentido a la temporada.
- Organízate económicamente: El estrés por dinero es común en Navidad; haz un presupuesto y prioriza lo esencial.