Comprador Compulsivo

Comprar se ha convertido en el pasatiempo más cotizado del siglo. Una falsa cultura de que los problemas emocionales se disipan gastando el dinero y los falsos valores que arropan a la sociedad que dictan que lo caro es lo válido y aceptado por la sociedad.

Sin embargo, hay datos que van más allá de este hobby y cifran en altos porcentajes a quienes sufren trastorno de compra compulsiva. Una patología que afecta a personas de mediana edad, alrededor de los 40 años, aunque los síntomas suelen aparecer a los 18.

Sus características principales son comprar recurrente y compulsivamente, algo que genera malestar en la persona, provocando incluso deudas económicas. Para que se considere una patología, ésta ha de ser una conducta estable. Según diferentes estudios, afecta por igual a hombres y a mujeres; la única diferencia, explica la experta, está en el tipo de artículos que adquieren unos y otras.

Existen fases a la hora de comprar que hablan de cierto orden en el comportamiento de un comprador y que pueden enviar señales claras si se trata de un comprador compulsivo: una primera fase en la que se siente atraído por el artículo; la segunda es la recopilación de información sobre dicho producto; la tercera, el cuestionamiento de si lo quiere o realmente lo necesita y la cuarta fase es la compra.

Si una persona omite las tres primeras fases, es señal de que se enfrenta a la patología de un comprador compulsivo.

Las mujeres se decantan por ropa, perfumes o joyas, mientras que los hombres prefieren material informático, productos de electrónica o música. Pero pese a esta igualdad, las mujeres son las que más van a consulta.

En su tratamiento, se sigue un protocolo integrador para el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Pero en más de la mitad de los casos, la compra compulsiva es la manifestación de un estado profundo de ansiedad y depresión. Pero sin duda este problema se puede curar, pues el porcentaje de éxito de las terapias es muy alto, de hasta un 70-75%. Lo importante es acercarse a la persona con una actitud comprensiva pero firme y enfrentar el problema.


Cómo Hacer una Intervención

Planificar una intervención para alguien que lucha contra la compra compulsiva puede ser delicado, ya que implica confrontar a un ser querido sobre un comportamiento que puede estar profundamente ligado a sus emociones o sentido de identidad. Aquí tienes una guía paso a paso para hacerlo de forma compasiva y eficaz:

Comprende el Problema. Antes de intervenir, infórmate sobre la compra compulsiva. Conoce sus raíces emocionales, desencadenantes y consecuencias. Esto te ayudará a abordar a la persona con empatía en lugar de juzgarla.

Reflexiona sobre tus Motivos. Las intervenciones deben estar motivadas por la preocupación y el cuidado, no por la frustración ni la culpa.

Planifica la Intervención con Cuidado. No la hagas impulsivamente. Limítelo a personas cercanas y de confianza como familiares o amigos que se preocupen por la persona y puedan mantener la calma. Elija un entorno privado y tranquilo donde la persona no esté estresada ni preocupada. Cada participante debe planear declaraciones específicas, objetivas y compasivas.

Comuníquese con Empatía. Durante la intervención, hable con cuidado, no con confrontación. Use frases en primera persona para expresar cómo le afecta su comportamiento. Dé ejemplos específicos de comportamientos preocupantes. Escuche; no discuta ni avergüence a la persona. Enfatice que la ama y desea apoyar su recuperación.

Ofrece Apoyo Concreto. Las personas rara vez cambian solo por la confrontación. Ofrece ayuda específica como un terapeuta con experiencia en adicciones o trastornos del control de impulsos. Acompañalo a grupos de apoyo o ayudarlo a establecer medidas de protección financiera.

Establece Límites. Al ofrecer apoyo, deja claro que no facilitarás el comportamiento. Establece límites emocionales o financieros para tu propia protección. No le prestes dinero para cubrir sus deudas.

Haz Seguimiento. La recuperación es un proceso. Consulta con regularidad, fomenta la terapia y celebra el progreso, incluso los pequeños pasos.