Cómo Identificar Problemas de Aprendizaje

Si tu hijo o hija no acepta la autoridad del maestro, no logra compartir con los demás alumnos, no asume responsabilidades, no responde a los contenidos y presenta alguna conducta inadecuada, es muy probable que presente problemas de deficiencia escolar, lo que podría generar, con el tiempo, el fracaso escolar.

Factores sociales, culturales, familiares, físicos, biológicos y conductuales inciden en este tipo de situación académica que podría estar afectando a alguno de tus hijos. Es muy importante detectar a tiempo los factores que llevan a los niños y niñas a presentar fracaso escolar, ya que mientras más rápido se detecte la problemática, mejor será la corrección o el tratamiento que permitan la erradicación del problema o la solución para ayudarlo a convertirse en un estudiante exitoso.

Desde el hogar puedes ayudar a tus hijos; sin embargo, los maestros y maestras juegan un rol importante, ya que en la mayoría de los casos son quienes detectan los alumnos que presentan el déficit escolar y son quienes colaboran en la solución de la problemática. Además, el docente tiene bajo su responsabilidad informar de la situación del alumno a la orientadora de la escuela o a la familia del niño o niña que presenta el problema.


Problemas de Aprendizaje Comunes en Niños

Dificultades de Aprendizaje (DA): Se trata de problemas de procesamiento de origen neurológico que interfieren con las habilidades básicas de aprendizaje como Dislexia (Dificultad para leer, deletrear y escribir), Discalculia (Dificultad con conceptos matemáticos como números, operaciones y cálculos), Disgrafía (Dificultad con la escritura, incluyendo la escritura a mano, la ortografía y la organización de ideas), Trastorno del Procesamiento Auditivo (Dificultad para comprender y procesar la información auditiva) y Trastorno del Procesamiento Visual (Dificultad para interpretar la información visual, incluso con una visión normal).

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH): Falta de atención, impulsividad o hiperactividad que pueden afectar la concentración, la organización y la finalización de tareas.

Discapacidades Intelectuales: Funcionamiento intelectual por debajo del promedio y limitaciones en la conducta adaptativa. Puede afectar todas las áreas del rendimiento académico.

Trastorno del Espectro Autista (TEA): Afecta la comunicación, la conducta y la interacción social. Puede incluir dificultades para comprender conceptos abstractos, señales sociales o el lenguaje.

Trastornos del Habla y del Lenguaje: Trastorno del Lenguaje Receptivo (Dificultad para comprender el lenguaje hablado o escrito), Trastorno del lenguaje expresivo (Dificultad para expresar pensamientos e ideas) y Trastornos de la articulación (Problemas para formar correctamente los sonidos del habla).

Trastornos Emocionales y del Comportamiento: Incluye ansiedad, depresión, trastorno negativista desafiante (TND) y trastorno de conducta (TC). Estos pueden interferir con la concentración, la motivación y el comportamiento en el entorno escolar.

Problemas de Funcionamiento Ejecutivo: Dificultades de organización, gestión del tiempo, planificación, memoria y autorregulación. Es común en niños con TDAH y otros trastornos del aprendizaje.

Retrasos en el Desarrollo: Retraso en el logro de hitos del desarrollo en habilidades motoras, habla, cognición o áreas socioemocionales. Puede o no estar asociado a un diagnóstico específico.

Trastornos del Procesamiento Sensorial: Hipersensibilidad o hiposensibilidad a la información sensorial (p. ej., ruido, luz, tacto). Puede provocar incomodidad y distracción en entornos de aprendizaje.

Falta de Acceso o Apoyo: Problemas como una instrucción deficiente, materiales de aprendizaje inadecuados, cambios frecuentes de escuela o falta de apoyo familiar pueden simular o exacerbar las dificultades de aprendizaje.


Señales a Tener en Cuenta

Dislexia: Dificultad para reconocer letras o sonidos. Dificultad para rimar o pronunciar palabras. Evita leer en voz alta. Lectura lenta o imprecisa.

Disgrafía: Escritura deficiente o ilegible. Dificultad para plasmar sus ideas en papel. Escribe mal palabras comunes con frecuencia. Evita las tareas de escritura.

Discalculia: Dificultad para reconocer números o comprender cantidades. Dificultad para aprender operaciones matemáticas básicas como las tablas de multiplicar. Dificultad con el tiempo, el dinero o las medidas. Confunde símbolos matemáticos.

Trastorno por Déficit de Atención: Se distrae fácilmente o es olvidadizo. Dificultad para seguir instrucciones. Se mueve constantemente o habla excesivamente. Dificultad para completar tareas.

Trastorno del Habla o del Lenguaje: Retraso en el desarrollo del habla. Dificultad para seguir instrucciones verbales. Vocabulario limitado para su edad. Dificultad para formar oraciones o contar historias.

Trastornos Emocionales: Dificultad para establecer contacto visual o interpretar señales sociales. Reacciones intensas a los cambios de rutina. Prefiere jugar solo. Arrebatos emocionales o crisis frecuentes.


Apoyar a un Niño con Dificultades de Aprendizaje

Si le preocupa un niño con posibles problemas de aprendizaje, una evaluación integral realizada por un psicólogo, un pedagogo o un logopeda puede ayudar a identificar los problemas específicos y recomendar intervenciones.

Debes colaborar con los maestros, manteniendo una comunicación abierta con la escuela. Es importante asistir a las reuniones, revisar el progreso y hacer preguntas.

Hay que crear un ambiente de apoyo en casa. Designa un espacio tranquilo para las tareas. Sé paciente y evita los castigos por las dificultades académicas.

Las expectativas claras y las rutinas consistentes ayudan a los niños a sentirse seguros. Debe dividir las tareas grandes en pasos más pequeños y manejables.

Hay que enseñar al niño a pedir ayuda cuando la necesite y ayudarlo a comprender su estilo de aprendizaje y sus fortalezas.

Debes elogiar el esfuerzo, no solo los resultados. Puede tilizar recompensas y estímulos para los pequeños logros.

Aquí encontrarás consejos útiles de Cómo motivar a tus niños para hacer sus tareas.