Como influyen tus conversacionesTu vida social puede ser un éxito o un gran problema dependiendo de la manera en la que decidas comportarte. Lo que conversas y la manera en que lo haces es vital para interesar a las demás personas en ti.

Si eres de los que tiene cierta dificultad social, es importante que realices una autoevaluación y así determinar que cosas estas haciendo que podría estar perjudicándote.

¿Eres de los que habla mucho?, hablar de manera descontrolada puede causarte serios problemas, porque además de lograr aburrir a tu interlocutor, quien no tiene siquiera chance de exponer su punto de vista, también corres el riesgo de decir lo que no debes, por no tener el tiempo de organizar tus pensamientos.

Es fundamental para tener una amistad o crearla, aprender a escuchar, pensar bien lo que decimos y ser concretos respecto a la idea que estamos planteando, no alargar mucho el cuento.

Cuidado con las criticas, conocer a alguien y de inmediato comenzar a hablar mal de alguien más da muy mala referencia tuya, dice que eres de los que anda criticando y que si esa persona no estuviera a tu lado probablemente también estarías hablando mal de él.

No te acostumbres a hablar con groserías, pues así le hablaras a quienes conoces y aunque no las estés dedicando a quien le hablas, las malas palabras agreden los oídos de los demás, los predispone contigo, pues le haces ver que eres grosero y agresivo. Estas características no ofrecen bienestar o tranquilidad a nadie por lo que la gente se alejara de ti.

No tienes que fingir ser lo que no eres, pero debes ayudarte si no estas teniendo buenos resultados en tu vida social, estos consejos te pueden ser muy útiles.


Salvar tus Amistades

Salvar las relaciones existentes, especialmente cuando están tensas, requiere honestidad, empatía y esfuerzo constante.

Reflexiona honestamente primero. Aclara qué hizo que la relación fuera valiosa para ti. Considera tu propio papel en el problema, no solo el de la otra persona. Pregunta si vale la pena salvarla. Algunas relaciones son tóxicas o unilaterales; salvarlas no debería significar sacrificar tu paz.

Inicia una conversación sincera. Acércate con amabilidad. Sé honesto y vulnerable: Evita culpar.

Escucha sin ponerte a la defensiva. Escucha su versión completa sin interrumpir o apresurarte a justificarte. Reconoce sus sentimientos y demuéstrale que lo comprendes. Validar su perspectiva puede ser muy útil.

Discúlpate y asume la responsabilidad. Una disculpa verdadera incluye reconocimiento, remordimiento y un plan para mejorar. Demuestra el cambio con tu comportamiento.

Reconstruye la confianza poco a poco. Reconecta con ellos mediante llamadas regulares, gestos amables o estando ahí para ellos. Puede que no estén listos para abrirse del todo de inmediato.

Establece nuevos límites si es necesario. Habla sobre lo que ambos necesitan de la relación ahora. Deja que la relación evolucione en lugar de forzarla a volver a ser como antes. Puedes ser compasivo sin sacrificar tu autoestima.

Acepta el resultado con gracia. Si funciona, sigue cuidándola y no recaigas en viejos patrones. Si no funciona, recuerda que dejar ir también puede ser sanador.