Ubicada en Santo Domingo, la Calle El Conde es la única calle peatonal de la ciudad capital de la República Dominicana y el centro comercial de la Zona Colonial.

Calle el Conde Santo DomingoEsta vía de un kilómetro de largo, está situada entre el Parque Independencia y la Avenida Francisco Alberto Caamaño Deñó, y dado sus edificios históricos es uno de los lugares turísticos más visitados de Santo Domingo.

Originalmente llevaba el nombre de Calle del Clavijo cuyo origen remonta al año 1543.

Su nombre actual hace honor al gobernador español Bernardino de Meneses y Bracamonte (1625-1656) quien llevó el titulo de Conde de Peñalba y fue victorioso sobre las fuerzas inglesas durante el Asedio de Santo Domingo de 1655.

Fue en esta calle que llegó la modernidad a la República Dominicana, ya que aquí se construyeron los primeros edificios de hormigón con ascensores.

Durante la Revolución de Abril de 1965, la Calle El Condo fue el escenario de importantes enfrentamientos y negociaciones políticas.

Calle el Conde Santo DomingoFue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO) el 8 de diciembre de 1990.

Actualmente, la Calle El Conde cuenta con un gran número de tabernas, restaurantes, establecimientos de comida rápida, hoteles, puestos de artesanía y tiendas de regalos.

Otros Lugares para Visitar en la Zona Colonial de Santo Domingo:

Alcázar del Colón. La antigua residencia del virrey y gobernador Diego Colón es uno de los museos más visitados de Santo Domingo, y cuenta con una colección de muebles, obras de arte y tapices de la era colonial.

Fortaleza Ozama. Ubicado en la Calle Las Damas, este castillo de estilo medieval es la construcción militar europea más antigua en las Américas. Fue construido para proteger el puerto y la ciudad de Santo Domingo.

Puerta de la Misericordia. También conocido como la Puerta Grande o Puerta de Santiago, la primera puerta de la ciudad de Santo Domingo recibió su nombre actual por ser un punto de encuentro para pedir mesericordia a Dios después que la ciudad fue azotada por un terremoto en el año 1842.